lunes, 18 de febrero de 2008

Jaspers y la voluntad formal

Vivimos constantemente circunstancias en las cuales nuestra voluntad es puesta a prueba, y podemos decir que la posibilidad de ejercerla plena y conscientemente para alcanzar determinadas metas materiales e inmateriales muchas veces no es tan sencilla como parece.

La voluntad no evoluciona involuntariamente

Siempre admiramos esa frase tan intensa de G.I. Gurdjieff refiriéndose a la evolución del hombre cuando dice : "la evolución del hombre es la evolución de su voluntad y la voluntad no evoluciona involuntariamente"(1) , así como el pensamiento de Jaspers respecto a la dialéctica entre voluntad y libertad cuando señala que "los límites de la libertad son aquellos de la voluntad" (2), o las palabras tan categóricas del Maestre Serge Raynaud de la Ferrière cuando dice: "La voluntad es al libre albedrío lo que el peso es a la balanza"(3), todo lo cual plantea la necesidad de realizar un estudio detenido de la voluntad y la libertad para comprender, vivenciar, experimentar y existenciar las posibilidades trascendentales de nuestro ser.

Pero, detengámonos un poco en el ejercicio de la voluntad y preguntémonos: ¿cuándo es que la ejercemos verdaderamente?.

Una actividad situada en el más alto grado de la escala del comportamiento

Primero que todo, debemos decir, que necesitamos una clara conciencia de una meta a alcanzar, porque sin ella no habría un referente que oriente nuestro comportamiento y que inevitablemente devendría en acciones inconscientes, reactivas, repetitivas y anárquicas.

El Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferriere destaca la insistencia de M. Dufrenne y P. Ricoeur sobre la idea tradicional de Jaspers respecto a la Voluntad formal.


“... los Srs. M. Dufrenne y P. Ricoeur, insisten – muy justamente – sobre el hecho de que es preciso primero replantear la idea tradicional de aquello que Jaspers, siguiendo los trabajos de Klages, llama la voluntad formal: una actividad situada en el más alto grado de la escala del comportamiento, definida por la clara conciencia de la meta, la sumisión al motivo preponderante, la elaboración reflexiva de los medios; esa actividad, poniendo, suponiendo, determinando, enunciando reglas, obligando el esfuerzo a una disciplina, proscribiendo el dejar pasar y la fantasía, autorizando a identificar voluntad y racionalidad; o al menos la racionalidad garantizaría doblemente la objetividad del querer, permitiendo a la vez que él se apoye sobre razones valederas y que se presente él mismo como accesible a un conocimiento objetivo. En realidad el problema del Libre Arbitrio y del Determinismo, permanece siempre como una importante cuestión, que se encuentra a la base de todos los principios filosóficos que se han sucedido a través de los tiempos. " (4)


En consecuencia, Jaspers plantea el ejercicio de una voluntad formal guiada por la razón, un comportamiento deliberado en función de metas pre-establecidas, racionalmente válidas y accesibles a un conocimiento objetivo. Es evidente que él tiene una concepción diferente a Jean Paul Sartre para quien "vivir es escogerse en cada instante" (5), es decir, una libertad inexorable que deriva en un determinismo casi absoluto.

La verdadera libertad

Por el contrario, es preciso darnos cuenta que la verdadera libertad está en función del grado de voluntad consciente impregnada a cada una de nuestras acciones y que desde el punto de vista de Jaspers deberían ser formalmente establecidas y definidas, identificando voluntad y racionalidad, a la manera en que el epistemólogo Francés Gastón Bachelard planteaba respecto al racionalismo aplicado como garantía del pensamiento científico que evita la ingenuidad del idealismo tanto como la ingenuidad del realismo.

Es decir, no es cuestión de hacer sin querer, o de querer sin hacer, sino de querer haciendo y hacer queriendo, incluso de querer sabiendo y saber queriendo, hasta llegar algún día a desprenderse aún del deseo de hacer en función de las propias aspiraciones personales, es decir, desligar el componente personal para tornar ese hacer en una misión a cumplir, como una consagración a un deber más elevado, a una causa suprema, a una ley universal, que implica un Alto Discipulado y que Lao Tsé ilustró poéticamente en la frase: "querer sin querer querer", la cual en palabras de Carl Jung, el psiquiatra y psicólogo suizo, referido por el Dr. David Ferriz Olivares constituye “... la mejor expresión del ejercicio sereno y liberado de la voluntad, en su máxima espontaneidad y autenticidad..." ( 6).

Quizá por ello, el propio Dr. Raynaud de la Ferriere señala: "hay que insistir en que la voluntad, la verdadera voluntad, la acción dinámica, el querer actuar, no puede llegar sino cuando abandona su voluntad a la del Maestro..."( 7)

Elaboración reflexiva de los medios

Pero,¿hasta qué punto nuestro comportamiento es deliberado y conscientemente establecido en función de una meta a alcanzar o de una Misión a cumplir?, ¿elaboramos reflexivamente los medios a utilizar para alcanzar dichas metas o es que somos llevados fácilmente por las circunstancias y las conveniencias individuales y sociales que jalonan nuestro comportamiento y terminan ahogando nuestros propósitos más elevados?. ¿Están nuestras acciones sometidas a esos motivos preponderantes y profundamente transformadores o terminamos claudicando fácilmente frente al surgimiento de motivos más atrayentes con una conciencia elástica que evidencia a todas luces la dificultad que tenemos para encausar debidamente nuestra naturaleza física, emotiva e intelectual?.

Proscribir el dejar pasar y la fantasía

Cuantas veces optamos por el dejar pasar, por el esperar que suceda, por la creencia de que algo ocurrirá que justifique nuestra inactividad y nuestra pereza, esa falta de esfuerzo para disciplinarnos y encausar nuestra energía para dominar nuestros instintos y gobernar nuestras pasiones, cediendo ante la fantasía y la creencia, no asumiendo nuestra responsabilidad, no mirando de frente la realidad y comprendiendo ese entretejido de factores que debemos estudiar y apreciar en su más justo valor, a fin de obrar con pleno dominio de las leyes superiores sobre las leyes inferiores para el cumplimiento de los principios universales que regulan la vida.

NOTAS
(1) Raynaud de la Ferriere, Serge. Yug Yoga Yoghismo, p. 153, Edit. Diana.
(2) Raynaud de la Ferriere, Serge. Propósitos Psicológicos Tomo XXVII, p. 22
(3) Raynaud de la Ferriere, Serge. Libro Negro de la Francmasonería, p. 80, Edit. Diana
(4) Raynaud de la Ferriere, Serge. Propósitos Psicológicos Tomo XXVII, p. 22
(5) Ibid, p. 21
(6) Ferriz Olivares, David, Los Paramitas Tomo I, p.19
(7) Raynaud de la Ferriere, Serge. Yug Yoga Yoghismo, p. 261, Edit. Diana

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