domingo, 20 de junio de 2010

Inmanencia-Trascendencia


Hemos considerado el título como Inmanencia-Trascendencia, separadas por un guión, para dar cuenta de que se trata de una aparente dualidad, pero que en realidad es un todo indivisible, una realidad integrada, porque no hay trascendencia sin inmanencia ni inmanencia sin trascendencia. Estas dos realidades no pueden separarse, así como no pueden separarse lo esencial de lo existencial.

¿Qué es lo inmanente y qué es lo trascendente en el ser humano?. Lo inmanente es Dios Mismo en nosotros, ya que es El quien hace que existamos, que respiremos, que tengamos la forma que tenemos, que pensemos como pensamos, que expresemos como nos expresamos, que hagamos lo que hacemos. ¿Pero cuán conscientes somos de esa inmanencia de Dios en nosotros, de nuestra esencia y pertenencia a la Unidad y multiplicidad de Dios?. Lograr conciencia de ello es posiblemente una de las conquistas más difíciles para el hombre moderno, ocupado casi exclusivamente de las circunstancias y vicisitudes que la vida material le depara.

Lo trascendente es la expresión de ese mismo Dios que obra en nosotros, nuestra entrega, nuestro servicio a los demás, la expresión de nuestro ser, de nuestra voluntad y capacidad de hacer, de nuestro pensamiento y de nuestras palabras, la forma en que vivimos y la función social que cumplimos en cualquier área de la actividad humana, el uso de nuestra libertad en el marco de las leyes que rigen la naturaleza.

Trascendencia e Inmanencia pueden comportarse como causa y efecto simultáneamente, porque es evidente que nuestros actos no son ajenos a nuestros estados de conciencia y nuestros estados de conciencia no son sino el resultado de nuestros actos, vivimos como pensamos y pensamos como vivimos. Nuestro estado espiritual es el resultado de nuestras realizaciones en el mundo sensible y tales realizaciones son consecuencia de nuestro estado espiritual. La visión de vida que tenemos es resultado del nivel cultural alcanzado, y éste a su vez de la visión de vida que tenemos.

Una de las expresiones más destacadas del Dr. Serge Raynaud de la Ferriere es: "El acontecimiento máximo de la Nueva Era será el descubrimiento del Hombre Trascendental"(1). ¿Qué hay de la inmanencia en esa afirmación?, ¿queda anulada la inmanencia del hombre en ese proceso?. Creemos que no; por el contrario, si concebimos que no hay trascendencia sin inmanencia, podemos decir que ese proceso de descubrimiento implica precisamente la mayor afirmación de la inmanencia en el hombre, ya que se trata de des-cubrir y de-velar todo aquello que oculta nuestra esencialidad, es decir, afirmar lo más íntimo y esencial de nosotros mismos, nuestra verdadera individualidad, haciendo de ésta una inmanencia trascendente.

Pero, ¿Cómo descubrir y liberar ese potencial, esa inmanencia trascendente, aquella realidad que para ibn Arabí sería la afirmación del "Nombre de Dios" que mora en cada uno de nosotros?, quizá, haciendo consciencia de esa identidad esencial y entregando nuestro ser al servicio de los demás desde lo más hondo y elevado de nosotros mismos, superando nuestras limitaciones y poniendo en cada cosa que hagamos el sello de Dios Viviente.

Refiriéndose a la Trascendencia e Inmanencia de Dios, Ibn Arabí, el más grande de los Maestros del Sufismo, señala: "Por la Trascendencia, tú lo condicionas, y por la Inmanencia lo limitas, si profesas las dos estas en el buen camino". (2) Del mismo modo, refiriéndose al hombre declara: "la definición del hombre comprende a la vez su exterior y su interior"(3). Y agrega: "no podemos separar la inmanencia de la trascendencia", señala que entre inmanencia y trascendencia existe una "interpenetración" sosteniendo además que existe "inmanencia en la trascendencia y trascendencia en la inmanencia". (4)

El Maestro David Ferriz Olivares, hablaba de una "trascendencia para la inmanencia". Es decir, cuanto mayor sea nuestra exteriorización y proyección social al servicio de los demás, mayor será nuestra conciencia de vida y cuanto más elevada sea nuestra conciencia de vida, mayor será nuestra proyección y exteriorización al servicio de los demás. Una experiencia cultural en el más alto sentido, una experiencia boddisáttvica, una entrega de nuestro ser al Ser Universal, una vivencia de la Jñana Vijñana Yoga en su más alto sentido.

El Dr. Serge Raynaud de la Ferriere señala que: "trascendencia e Inmanencia fueron consideradas al principio como excluidas la una de la otra. Más bien en éste símbolo - considerado como Trascendencia Inmanente - debe cumplirse para nosotros su dialéctica viviente y presente, en la cual no debe hundirse tampoco la trascendencia". (5)

Quien se considere discípulo del Dr. Raynaud de la Ferriere, no puede pasar por alto esta idea del Maestre, ya que él considera que trascendencia e inmanencia no pueden seguir siendo consideradas excluyentes la una de la otra, antes bien, deberían aplicarse dialécticamente vivientes y presentes.

La posición existencialista de principios del siglo XX exaltaba el valor de la existencia oponiéndola a la fe religiosa, señalando como en el caso de Jaspers que: "Toda relación de Dios que no se realiza al mismo tiempo como comunicación existencial para recibir la única verdad de que ella es capaz, no es solamente precaria en ella misma, sino que es al mismo tiempo una traición a la existencia". (6)

Pero no es necesario ser existencialista para realizar la trascendencia ni religioso para realizar la inmanencia del ser, es suficiente tener una base filosófica sólida y una experiencia mística para realizarla, se entiende que estamos hablando de una mística más allá del dogmatismo religioso o científico.

Al respecto el Dr. de la Ferriere señala: "la experiencia mística interesa muy poco a la religión (el místico verdadero está siempre un poco fuera de la Iglesia organizada); lo que interesa a la religión es: la obediencia a la autoridad. La religión es una heteronomía porque Dios habla; la filosofía es una autonomía porque Dios es la Divinidad escondida". (7)


NOTAS
(1) Raynaud de la Ferriere, Serge. Arte en la Nueva Era, pág. Editorial Diana, México,
(2) Ibn Arabí, Fusus al Hikam, El Engarce de una Sabiduría Trascendente en un Verbo de Noé.
(3) Ibn Arabí, Fusus al Hikam, El Engarce de una Sabiduría Trascendente en un Verbo de Noé.
(4) Ibn Arabí. Fusus al Hikam, El Engarce de una Sabiduría Intima en un Verbo de Elías.
(5) Raynaud de la Ferriere, Serge. Propósitos Psicológicos Vol. II/29
(6) Ibid. pág. 261
(7) Ibid. pág. 261