viernes, 2 de septiembre de 2011

Hermenéutica pictórica


Van Gogh solía obsevar algunos cuadros de pintores reconocidos de su época para realizar una especie de paráfrasis, una interpretación personal del motivo y la imagen de la pintura, lo cual correspondería en literatura o en música a una interpretación de la obra sin ser necesariamente su autor o compositor, una recreación, una especie de hermenéutica artística, que en este caso sería una hermenéutica pictórica, lo cual va más allá de la simple contemplación de la obra.
Así, puede haber muchas “copias” de una obra en las cuales cada artista destaca o desarrolla determinada idea del pintor, recrea algunos trazos o realiza su propia interpretación del motivo de la obra. 
Esto nos recuerda cierta experiencia de Van Gogh respecto a las pinturas de Gauguin y Bernard, con quienes en 1889-1890 había establecido cierta discusión respecto a algunas pinturas con motivo bíblico, particularmente sobre aquel pasaje de la pasión de Cristo en el Huerto de Getsemaní, en el cual Jesús ora a su Padre mientras sus discípulos duermen.
El pasaje nos revela a Jesús consciente de su fragilidad y su dolor, pero al mismo tiempo de su fe en la voluntad de su Padre y su esperanza en la redención de sus discípulos.  La tradición bíblica relata además que se trata de un huerto de olivos, algo que de por sí implicaría un gran motivo de meditación respecto al simbolismo que guarda.  Jesús elige este lugar para orar (orat, oratio, vigilar, meditar) en el cumplimiento de su misión crística; una soledad dolorosa invade su espíritu, una angustia por los dolores del ser humano, pero al mismo tiempo, comprende que es la expresión de una ley que hay que cumplir por encima de su propia voluntad.  No obstante, este pasaje, revela que Jesús está atento, sabe, es consciente del momento, de sí mismo, de las circunstancias que envuelven su presencia, de la época que abre, y del “sueño” de sus discípulos; sueño que parece revelar la ausencia de estos durante la “historia por venir”,  aún de sus discípulos más predilectos (Juan, Pedro, Santiago).  Son las últimas horas de su vida pública y comprende que no es posible alejar ese cáliz de sacrificio porque es la puerta misma para “ingresar” en la “experiencia infinita”.
Paul Gauguin y Emile Bernard pintan algunos cuadros con motivos bíblicos, particularmente aquél pasaje bíblico de la oración de Jesús en el Huerto de los Olivos. Ambos representan a Jesús en ese momento doloroso  e inexorable de su vida.  Sin embargo, no pueden desprenderse de la imagen del Jesús histórico ni de la interpretación literal de los pasajes bíblicos.  Van Gogh quiere ir más allá, se niega a representar al Cristo tal cual, comprende que El no vino por causa de sí mismo sino por causa de los hombres, extiende el concepto del sufrimiento y el dolor a todos los seres humanos, incluso a todos los seres vivos.  Gran parte de su pintura es precisamente la expresión de ese dolor y esa angustia vivida profunda e intensamente.
En una carta dirigida a su Hermano, Van Gogh se había quejado de que Bernard y Gauguin se dedicaban por aquel entonces a los cuadros bíblicos, especialmente a la representación de Cristo en el Huerto de los Olivos.  El no necesitaba semejante género de anacronismos.  En una carta a Bernard confirma su opinión e interpreta en pocas palabras los objetivos que perseguía con la serie de “los olivos”:
“Te hablo de estos cuadros para recordarte que también se puede sugerir la impresión de miedo sin apuntar de inmediato al jardín histórico de Getsemaní, que cuando se pretende aportar un motivo dulce y reconfortante, no es necesario representar al personaje en el sermón de la montaña […] Van Gogh  no se aferra al inventario de la historia del arte y sus convenciones.  La queja y el aliento deben hablar directamente a partir del cuadro y no envueltas en un secular sistema de alegorías.”(1)
Van Gogh percibe la profundidad del mensaje del huerto de Getsemaní, no reduce el mensaje de Cristo a lo puramente histórico, no se detiene en el personaje, penetra en el mensaje,  realiza en sí mismo esa angustia y comprende que todos los seres humanos y todos los seres vivos pueden sentir y expresar ese mismo estado de sufrimiento.  Por ello, en su serie de los “olivos” Van Gogh intenta representar plenitud, dolor, angustia, esperanza, vitalidad, resignación o aceptación ante las inclemencias de calor, frío o viento, es decir, ante un conjunto de “leyes superiores” que están más allá de su “su voluntad” o su “libertad”.
En otra carta a su hermano Theo, dice:
“…te podrás hacer una idea, mejor que con palabras, de las cosas sobre las que Gauguin, Bernard y yo hemos hablado a menudo y que tanto nos ha preocupado, no es una vuelta al romanticismo o a las ideas religiosas, no, pero tomando el camino de Delacroix, se puede expresar más de lo que parece la naturaleza en el campo mediante el color y un dibujo más personal.” (2)
Walther y Metzer, comentan algunos “olivos” de Van Gogh que tienen relación con lo que venimos exponiendo, especialmente aquellos cuadros que parecen expresar esa angustia y ese dolor que sintió Jesús en el Huerto de Getsemaní y que Vang Gogh quiso expresar a través de sus pinturas.
“las plantaciones de las que habla el cuadro, no transmiten optimismo ni tampoco gozan de una riqueza floral.  Las plantas alargan lastimeras sus ramas y sus hojas al cielo, retorcidas y casi agonizantes, y el entorno responde a su lamento con complicidad y compasión.  También el suelo presenta las huellas heridas, profundos surcos cubren su superficie, incluso el aire está marcado por una violenta inquietud como si se estuviera levantando una tormenta.  La violencia de la pincelada reduce los elementos a un estado físico común y recubre su vitalidad con una masa de oleo espesa y agrietada.  Se diría que la tierra y la atmósfera, el verde de las hojas y la corteza, se hubieran hecho de una pieza, pero no parecen felices con esta uniformidad ya que se lleva el último resto de vida individual.  Juntas emiten un lamento por la injusticia de la creación”(3)
Frente a otro cuadro de los “olivos” que parecen expresar una resignación ante un sol abrazador.  Walther y Metzer, escriben lo siguiente:
Un sol implacable lanza sus rayos desde el cielo en el cuadro “olivos con cielo amarillo y el sol”; los árboles se disponen a huir, pero una sombra pesada y pegajosa parece retenerlos.  Su existencia se convierte en servidumbre.  No se aprecia nada que indique, el crecimiento libre, muy al contrario, las ramas fuertemente anudadas entre sí, se resisten a tomar su orientación habitual hacia la claridad.  Han cubierto sus malformaciones con gruesas excrecencias: la materia sufre por sí misma.(4)
Hay un estadio de la vida en que uno experimenta cierto grado de identificación con la naturaleza y con los seres, que le permite comprender la unidad en medio de la diversidad, reconocer lo más intrínseco de cada cosa, la potencialidad de cada ser, ir más allá de las formas y apariencias sensibles; penetrar en los hechos, en los seres, en las palabras y reconocer la presencia de principios arquetípicos universales.  Ese estadio es conocido como Yug o como Tao en las filosofías orientales y como Matesis Universal o Saber Absoluto en las filosofías occidentales.  No se trata de un saber en cuanto cantidad o extensión, sino en cuanto cualidad y síntesis de sujeto y objeto, de sujeto y sustancia, de forma y esencia, etc.
Pintar para Van Gogh no era solamente una experiencia estética sino una necesidad y una experiencia vital, todo él estaba comprometido en sus cuadros.  En él no es posible separar al autor de su obra.  Todo rasgo, toda pincelada, toda luz, toda sombra y toda grieta es la descripción de sí mismo, sus cuadros expresan su propia vida y su proceso de realización. Pintar  “sus olivos” es pintar su propia angustia y al mismo tiempo su propia esperanza, una experiencia que desafia la historia porque actualiza en sí mismo la experiencia de Jesús y su mensaje crístico: “que se cumpla tu voluntad y no la mía”.  Después de todo, Van Gogh también vivía su propia pasión durante su permanencia en el Hospital de Saint Remy, época en la cual pintó varios de sus “olivos”.
NOTAS
(1) Walther, Ingo F; Metzger Rainer, Van Gogh, p. 528, Editorial Taschen, Madrid, 2006
(2) Ibid., p, 522
(3) Ibid., p, 527
(4) Ibid., p, 528

domingo, 14 de agosto de 2011

Integración cultural y no canalización del pensamiento

Hace aproximadamente 60 años, el Dr. de la Ferriere hacia una reflexión respecto a la necesidad de enfocar los estudios con base en las más diversas fuentes y corrientes de pensamiento, sin exclusión de ninguna y sin limitarse a determinadas zonas geográficas, lo cual implicaba hacer una revisión de los criterios discrecionales a la hora de determinar los programas de estudios en las universidades, así como las fuentes de información, ilustración, educación y formación de los individuos, que muchas veces están limitados por su propio lenguaje, los intereses de poder y el grado de desarrollo en materia de infraestructura comunicativa.  Veamos lo que dice el Dr. de la Ferriere:

"La estructura del pensamiento debe ser analizada, pues es preciso aprobar algunas concepciones que no han podido recibir una aceptación general. [...] porque aquello fue siempre el privilegio de una clase, de una tendencia, de una parte de la humandidad bajo la cual el problema ha sido considerado: una clase, porque ha sido siempre en los filósofos en quienes ha recaído el derecho de clasificar nuestras acciones, nuestros pensamientos, nuestras aspiraciones; una tendencia, la cual generalmente se ha entrevisto dentro del cuadro religioso o igualmente como una tendencia simplemente disertativa, nunca con una dinámica trascendental, es decir, aplicada a la vida práctica; por último, como una parte de la humanidad, porque siempre se ha tenido en cuenta solamente lo que concierne a nuestros pensadores de Occidente." (1)
Uno se pregunta ¿cuánto ha avanzado la sociedad occidental y sus instituciones educativas en el proceso de integración cultural durante los últimos 60 años.  Al presente año (2011), podemos aún observar, por ejemplo, en los programas de estudio de muchas carreras universitarias de filosofía y psicología esa tendencia a privilegiar determinadas fuentes y referencias de información, como si la psicología o la filosofía se redujera a occidente, o que fuera un asunto exclusivo de especialistas y profesionales de dichas ramas de estudio, olvidando que la psicología y la filosofía constituyen parte esencial de la vida del hombre, de su modo de ser, manifestarse y vivir, y que la formación filosófica y psicológica proviene también de los padres de familia, de los educadores, comunicadores, artistas, escritores, sociólogos, antropólogos, místicos, religiosos, etc.  

Solamente en el arte, muchos pintores, compositores, músicos, escultores y arquitectos, dieron grandes muestras de un conocimiento psicológico profundo, bastaría con nombrar algunas obras teatrales, pictóricas, musicales o arquitectónicas, para darse cuenta que no solamente son sugestivas desde el punto de vista psicológico sino formativas desde el punto de vista de la visión de vida y el mensaje filosófico que contienen. ¿Qué podríamos pensar por ejemplo de "la Gioconda" de Leonardo da Vinci, el "Guernica" de Picasso, del "Indignaos" de Hessel o del "El señor de los Anillos" de Tolkien"? (estos son solamente algunos de la enorme lista de personajes y obras artísticas que podríamos mencionar). ¿Podemos acaso negar, la influencia que estas pequeñas o grandes obras tuvieron y tienen en la visión de vida de muchas generaciones?.  Por tanto, hay necesidad de trascender las limitaciones de la especialidad sin que esto signifique abandonar la investigación y la especialización.  Por el contrario, una ampliación de las fuentes de información implicará también una mayor profundización cultural.

En cuanto a la segunda crítica del Dr. de la Ferriere, podemos decir que ha sido significativamente superada, al menos en occidente, es decir, la educación y la formación ética ya no es exclusividad de la religión ni está sometida a las influencias y condicionamientos doctrinarios de la Iglesia, aunque con ciertas relatividades, dependiendo de los países y zonas geográficas específicas de occidente, en donde hay que reconocer que aún  existe una fuerte influencia cristiana en asuntos educativos. 

Sin embargo, en cuanto a la tendencia disertativa de los pensamientos, podemos decir que es muy poco lo que se ha avanzado en occidente. Seguimos siendo sociedades cuyo pensamiento es predominantemente representativo, inmediatista e identitario.  Debido a los sistemas de información imperantes, conocemos todo y nada al mismo tiempo.  Como dice el Dr. Ferriz, hemos devenido en sujetos con un océano de conocimientos de un centímetro de profundidad. No nos tomamos la molestia de indagar en las diversas fuentes de información y mucho menos aún de investigar o verificar la verdad acerca de determinados hechos e ideas.  Además, estamos limitados por nuestro propio lenguaje, por los intereses políticos y económicos de las grandes cadenas informativas y por la infraestructura tecnológica de nuestros países y comunidades para el acceso a las más diversas fuentes de  información.

Pero no es solo eso, sino que la estructura de pensamiento que rige nuestras ideas y nuestros actos están aún lejos de ser estructuras dinámicas, dialécticas, prácticas, basadas en la observación, la experincia y la aplicación a la vida real.  Es decir, están lejos de ser producto de nuestra experiencia, de nuestro contacto con la realidad, de nuestra investigación, de nuestro encuentro, de nuestro hallazgo en plena interacción con la naturaleza y con los demás, sea como búsqueda colectiva, sea como experiencia comunitaria, sea como trabajo en equipo, sea como búsqueda o creación colectiva.  Transmitimos y retransmitimos frases, imágenes, ideas y discursos, sin mayor compromiso vital ni experiencial con aquello que transmitimos en cualquier campo de la cultura.  Quizá por ello, el propio Dr. de la Ferriere expresaba hace ya algunos años: 

"Una dinámica cultural espiritual debe reemplazar a la creencia inerte" (2)
Pero aún cuando haya un compromiso vital con las cosas de la cultura y se generen o transformen determinadas obras culturales, no es suficiente. El epistemólogo mejicano David Ferriz Olivares, aclaraba aún más, señalando lo siguiente:

"Pero, la cultura no es solamente lo creado, lo formado y lo transformado; es también el acto de ésta transformación, inherente a ese proceso de la actividad humana, que se llama habitualmente espíritu subjetivo, así como la vida humana objetiva que constituye el orbe de los objetos culturales.  De ahí que el sistema de la cultura se perfila en la noción de espíritu objetivado o en la espiritualización de los objetos, así como en la interacción entre el espíritu subjetivo y el espíritu objetivo y objetivado." (3)
En cuanto a la tercera crítica realizada por el Dr. de la ferriere, podemos señalar que es quizá la que menos ha cambiado en los últimos 60 años, es decir, nuestros programas de estudio filosofico siguen privilegiando contenidos filosóficos de occidente, como si la filosofía o la psicología se redujera a una parte de la humanidad. 

La filosofía para nosotros es Platón, Aristóteles, Descartes, Leibnitz, Kant y cualesquiera del mismo género, excluyéndose fácilmente a Confucio, Lao-Tzé, Millarepa, Gautama, Abdullah, Iusuf Alí, Kapila-Muni, Zinnendorf, Zoroastro, Paracelso, y no he mencionado a los más célebres...." (4)
Y el Dr. de la Ferriere continúa con una larga lista de pensadores orientales y occidentales que son excluídos de los programas de estudio filosófico y psicológico de nuestras universidades, pero que tienen un gran valor de preservacion cultural:

Ellos han contribuido a la salvaguardia de la Iniciación que la enseñanza oficial ignora y cuya existencia QUIERE ignorar.  Estos nombres de que he hecho mención no han sido escogidos como cosa especial pues están lejos de ser los más populares o de pertenecer a la élite la cual podría yo tener tendencia de preferir..[...] Es extraño que la enseñanza universitaria sea siempre conducida hacia una cierta línea y lejos de ser imparcial se limita a un cuadro deseado por los gobernantes.  Esta canalización del pensamiento es bien conocida a través de las edades: el dogma religioso tanto como el científico han hecho demasiados estragos para que nos detengamos a mencionarlos.  La Iniciación es la tradición metódica que preserva la VERDAD, los principios del conocimiento, ayudando a un mismo tiempo a la comprensión a aquellos que no pueden esperar la completa realización." (5)
Sin embargo, estas palabras del Dr. de la Ferriere también demandan ser aplicadas en las propias instituciones y organizaciones derivadas de su pensamiento, en los cuales a veces parecen olvidar que "no es posible concebir la realidad fuera del Todo" (6)  o que se debe "buscar la Verdad en una ilimitación eternal y no en una enseñanza, en una doctrina, en un libro, en una escuela, en una concepción y tampoco en la intelectualidad, en el arte o en la ciencia, sino que todo ello son perfiles que delinean el camino, son etapas que ayudan a trepar por el Sendero (7), o "estudiar todas aquellas cosas que puedan hacerlo evolucionar, ya sea ciéntífica, artística, intelectual, cultural o espiritualmente, sin limitación alguna.(8), o que la yoga o el carácter místico de las ceremonias "son solamente planes de estudio y terreno de lecciones prácticas que no están tampoco en obligación de ser aceptadas sino de ser tomadas en cuenta con el mismo valor que la música, la pintura, las matemáticas, la física, la biología, la química y todas las otras ramas de las actividades razonables del hombre, buscando la verdad" (9), o de observar atentamente las palabras del propio Dr. de la Ferriere cuando dice: "yo entiendo, junto con cualquier persona bien equilibrada supongo, que el término fraternidad universal no puede aplicarse sino a aquella institución que enseña de una manera universal todos los conceptos del pensamiento humano sin hacer presión a alguna idea más que hacia otra".(10)

NOTAS.
(1) Raynaud de la Ferriere, Yug Yoga Yoghismo, p.114, Edit. Diana
(2) Ferriz Olivares, David. Retiro del Maestre, p. 248, Edit. Diana,
(3) Ibid, p. 245
(4) Raynaud de la Ferriere, Yuga Yoga Yoghismo p. 114
(5) Ibid, p. 115)
(6) Ibid, p. 75
(7) Ibid, p. 537
(8) Raynaud de la Ferriere, Serge. Sus Cartas Circulares, Tomo I, p. 177
(9) Ibid, p. 3
(10) Raynaud de la Ferriere, Serge, Yug Yoga Yoghismo, p. 540.


jueves, 16 de junio de 2011

David Ferriz Olivares: Un Maestro de la Cultura Universal

Hace apenas unos dias, el 12 de Junio, recordamos el 90 aniversario del natalicio del Maestro David Ferriz Olivares (1921-1992), un destacado filósofo y epistemólogo americano (1), creador de varias fundaciones de caracter científico y cultural con sede en varios países latinoamericanos; escritor, filósofo, compositor musical; reconocido como Maestro de la Cultura Universal por el Instituto Nacional de Cultura del Perú (1973) y epistemólogo de América por el Vice Presidente del Consejo Nacional de la Universidad Peruana (1976); peregrino de varios continentes; discípulo del sabio francés, Dr. Serge Raynaud de la Ferriere; maestro de varias generaciones de discípulos; hombre de profundas convicciones sociales; traductor y exégeta del pensamiento de su Maestro; orador de miles de conferencias a lo largo y ancho de los cinco continentes; dedicado a cumplir de manera intensa y dinámica la mision encomendada: ser guía y orientador del Saber para una nueva era.

Mucho se ha escrito y publicado acerca de tan distinguido Maestro, y conforme pasen los años, seguramente se publicarán innumerables aspectos relacionados a su obra y pensamiento, los mismos que cubren un horizonte cultural sumamente amplio: arte, ciencia, filosofía y didáctica;  así como la concepción filosófica y aplicación práctica de sus ideales para la consecución de una nueva sociedad y de un mundo unido por la sabiduría, de los cuales,  queremos en esta oportunidad,  destacar algunos detalles que nos permitan conocer un poco más a este ciudadano universal, a quien conocimos personalmente y del cual recibimos sus enseñanzas durante muchos años.

¿Cómo podríamos resumir el pensamiento de David Ferriz Olivares sin reducir su trascendente existencia?.  En primer lugar, podríamos señalar que fue ante todo un pensador, pero a diferencia de un filósofo entregado a la búsqueda del saber por el saber, a la profundización y desarrollo de una determinada corriente de pensamiento, o en general, a la búsqueda del conocimiento o la belleza del pensar, él estuvo dedicado vitalmente al cumplimiento de la misión encomendada por su Maestro, el sabio francés Serge Raynaud de la Ferriere, a quien dedicó los últimos 40 años de su vida,  desde los 32 años de edad en que conoció su obra y a cuya causa decidió entregarse completamente, llegando a dirigir la institución que Serge Raynaud de la Ferriere fundó en América; viajando incansablemente por los 5 continentes, especialmente por los países de América, en los cuales realizó varias giras misionales, dando miles de conferencias, traduciendo las obras de su Maestro, del fracés al castellano, y supervisando la traducción a otros idiomas; escribiendo y publicando obras de exégesis acerca de su pensamiento;  componiendo música dentro de un concepto renovador del arte unido al saber; creando nuevos departamentos y servicios para el fortalecimiento y extensión de la Fundación Dr. Serge Raynaud de la Ferriere; formando nuevas generaciones de discipulos, a quienes inculcaba un compromiso vital con el saber en su sentido ilimitado, pero también en su sentido misional, de realización y aplicación social, más allá de las preocupaciones puramente individuales o profesionales.   Todo ello podría apenas dar una idea aproximada del perfil de este pensador, quien prefirió sacrificar sus aspiraciones personales a su condición de discípulo fiel y cuya misión constituye un verdadero testimonio de la entrega de un discipulo a la causa de reeducación humana.

Ya lo decía en el ápéndice final del Yug Yoga Yoghismo, escrito en agosto de 1959: "algún día no lejano, antes de que los exégetas comiencen la glosa del Yug, Yoga, Yoghismo, tal vez sea necesario proporcionar en servicio de la humanidad, la evolución psicológica del discípulo ante la evolución psicológica del Sublime Maestre, que este Mensaje VII describe, es decir, los procesos y métodos de asimilación del discípulo que sigue a su Maestre" (2).  Ese fue el nivel de identificación de David Ferriz Olivares con su Maestre y toda su obra constituye un testimonio vital y arquetípico de los procesos y métodos de asimilacion de un discípulo a la misión de su Maestro.

Su condición de discípulo y maestro espiritual al mismo tiempo, ha sido quizá el perfíl más frecuentemente destacado de este insigne maestro, pero también es justo destacar su condición de  pensador universal, que trascendió el marco puramente institucional y el de sus fronteras continentales,  para abrirse al mundo y estar atento al espíritu de su tiempo, a los avances científicos, a las nuevas propuestas y corrientes de pensamiento, a las nuevos métodos de investigación y de enseñanza, a las nuevas formas de expresión artística en el campo de la música, la literatura, la arquitectura, la pintura, etc.;  a los nuevos descubrimientos y desarrollos tecnológicos en el campo de la informática y las comunicaciones, los sistemas de lenguaje, etc. Siempre al avant garde conforme le enseñara su maestro,  personificando en su propio ser el concepto, símbolo y sentido trascendente del radar abierto a los cielos sin fin, pero sensible a su tiempo, a la situación de su entorno natural, cultural y social, hacia los cuales volcaba su enseñanza, pero recibiendo al mismo tiempo, la energía y la información del estado del mundo y de la vida.  Todo lo cual fue configurando poco a poco a un hombre universal con profundo anhelo de saber, pero al mismo tiempo con profunda vocación social y humanista.

Esa convicción social es quizá otro de los aspectos que se necesita destacar más en este pensador, su fe inquebrantable en un mundo nuevo y su responsabilidad en la construcción de una nueva humanidad.  Precisamente en uno de los primeros capítulos de su obra "Teoría científica de la Cosmobiología,  señalaba categóricamente, "primero es la cosmobiología social" (3) y entreabría esa ciencia sintesis desde el campo de la investigación, el servicio social y la didáctica, para luego ingresar en sus principios fundamentales, desarrollar sus diversas aplicaciones interdisciplinarias y finalmente exponer los fundamentos matemáticos de la misma. Un compromiso social que no ignora el estudio de las grandes eras precesionales, y cuyo estudio decía: "requiere en lo histórico, un cotejo detenido que ofrece muchos mayores principios y precisiones que algunas obras acerca del materialismo histórico" porque "el factor cósmico amplia el sentido ecológico de la historia y de la sociología y, además, nos ofrece su base matemática como lo hemos planteado en la Teoría Científica de la Cosmobiología (4). Todo él se encuentra en esa obra, como en cada una de sus obras, sean éstas artísticas, filosóficas, científicas o educativas.

Un pensador que privilegia el sistema yoga como método integral de realización ontológica, dialéctica, científica, cultural y social, tal como fue la enseñanza de su maestro, pero no para exaltar una vía por encima de las demás, sino para destacar la necesidad de hacer de todas ellas una síntesis, una confluencia de las distintas corrientes de pensamiento (yoghismo) y una realización de estados de existencia (yoga) hasta la identificación final (yug).  Todo ello dentro de una clara conciencia de vida que demanda la comprensión, realización y aplicación de estados, elementos y facultades del saber (Jñana), de la integración experiencial a través de la vía del saber (Jñana Yoga) y del diálogo de Dios con el mundo (Jñana Vijñana Yoga).  En consecuencia, su obra: La Supremacía de la Jñana Yoga en la Era del Saber no debe ser interpretada solamente en el sentido de superioridad, sino sobre todo, en el sentido de primordialidad, de correspondencia armóníca con la era del saber que demanda la inclusión de toda las vías de la yoga, para el estudio, la comprensión y realización del hombre en una nueva era.

También fue un pensador que exaltó de manera especial el pensamiento latinoamericano y su ancestral humanismo y vocación de paz evidenciada en su pasado histórico, pero también en su cultura viva, de los cuales fue un ávido estudioso con sentido epistemológico y de filosofía de la historia, y a los cuales dedicó muchas jornadas de investigación, tanto de la cultura Inca como de las grandes culturales mesoamericanas Azteca, Tolteca, Maya, promoviendo muchos eventos de diálogo y revaloración cultural, como fue el Simposio de Unificación de las Grafias de los Idiomas Quechua y Aymara realizado en 1974 en la ciudad del Cusco, los múltiples congresos, seminarios y conferencias sobre epistemología de las culturas andinas realizados en distintos países de Centro y Sur américa (entre 1975-1992) y sobre los cuales escribió algunas obras y muchos artículos como: Latinoamérica la Joya ignorada; Génesis y Humanismo de las Culturas de América, en busca de la Tradición Precolombina en Venezuela y otros; sus hipótesis e investigaciones acerca del origen de la Ciencia Yoga en América; sus investigaciones sobre la Casa del Saber o Yachayhuasi en la Cultura Inca; sus investigaciones acerca del patrimonio precolombino de Venezuela, y tantos otros estudios.

Un pensador cuya propuesta de reeducación humana estuvo basado en la cultura entendida como visión de vida, al cual dedicó todo un conjunto de programas, sistemas y métodos de formación y aplicación pedagógica y andragógica, basado en el estudio de las diversas culturas del mundo, en el diálogo intercultural, superando las limitaciones del lenguaje, de los prejuicios raciales y de la discriminación social y económica; en  la búsqueda colectiva y realización de estados de existencia a través de la convivencia armónica con personas de distintos países, lenguas y culturas; promoviendo la sustitución de la creencia inerte por una dinámica cultural espiritual, basado en el pensamiento de su Maestre quien escribia: "en los principios filosóficos de hoy, olvidamos, demasiado a menudo, la parte práctica del método y es porque vemos al mundo en la indecisión.  Una dinámica cultural espriritual debe reemplazar la creencia inerte" (5). Este pensamiento fue constituyendo poco a poco la base sobre el cual estructuró y constituyo posteriormente sus tarea educadora y reeducadora, que le permitió generar un marco de métodos, sistemas y estructuras, que fueron evolucionando desde la publicación de los Siete Métodos Didácticos para la Enseñanza en la Nueva Era, hasta la creación y consolidación de una Universidad Internacional libre y abierta como la UNINT con sede en Lima Perú (1970); el Instituto de Investigaciones y aplicaciones Científicas y Tecnologícas con sede en Caracas-Venezuela (1975), y muchos otros organismos científicos, educativos y culturales, convencido de que la aplicación del sello de Dios Viviente en la cumbre de los Altos Estudios demandaba también la creación de estructuras científicas y educativas de alto nivel.

Sería largo ennumerar tantos aportes, experiencias y enseñanzas de tan sabio maestro, terminemos este sencillo homenaje, destacando dos aspectos fundamentales de su pensamiento: la paz, y el arte unido al saber.  Su compromiso con la  paz, al cual dedicó toda su vida, partía de un concepto renovador de este principio universal, del cual escribía: "es un conjunto dinámico de relaciones de convivencia y participación caracterizado por el respeto de los derechos humanos para garantizar a cada uno un máximo de bienestar, sin limitar las posibilidades de proceder con autonomía a la adopción de caminos rectificatorios de los que se vienen transitando" (6), y agregaba su concepción dialéctica del sentido de la historia al señalar: "la verdadera fidelidad a los principios impone encontrar sin ningún dogmatismo la inspiración en la acción para la paz, una vigilancia constante en esa acción que debe adaptarse siempre a situaciones nuevas" (7).  Por supuesto, quién mejor que él, que había vivido un siglo XX lleno de conflictos, incomprensiones, crisis sociales, guerras y actos de barbarie, para proponer un programa de acción para la paz que incluye:  la educación de los niños en el seno familiar; la transformación de los gastos militares en programas de educación, salud, trabajo, vivienda y calidad de vida para el tercer mundo;  su pedido a los pueblos para oponerse a ir a las guerras; enfatizar el diálogo para resolver las controversias, reclamar conductas soberanas y prudentes; su anhelo de desaparición del comercio de armas sostenido por gobiernos y particulares; sus propuestas de diálogo interreligioso; sus ideas para la creación, instauración, estudio y enseñanza de la ciencia para la paz, la sociología de la paz, la filosofía de la paz, la educación para la paz, la historia de la paz, la comunicación para la paz y el respeto pluralista de las ideas; la formación de una poderosa corriente de opinion a nivel mundial que aisle y derrote a los factores de conflicto económico, social, cultural y étnico que pongan en peligro esa paz, etc.(8)

Por último, su vocación de artista, músico y compositor músical desde temprana edad, sus estudios e investigaciones en el mundo de la creatividad y las múltiples expresiones artísticas en distintas latitudes, desde la concepción de un arte unido al saber y el  retorno del arte a la mística, o desde los "nuevos valores de conciencia, como el símbolo, la comprensión hecha de raciocinio, la inspiración más coordinada y lógica, la investigación en el tema y los recursos artísticos.  Ya no el arte demasiado infuso, sino fundamentalmente consciente, para que surja el sentido verdadero de dar a cada quien un motivo de iluminación". (9).  Es en ese sentido que cultivó la musica y dentro de ella la composición de música sinfónica, cuya obra cumbre "Sinfonía Oriente y Occidente" fue dedicada a su Maestro e interpretada por primera vez en 1990 en el Teatro Teresa Carreño de Caracas-Venezuela.  El decía que la "obra plástica - del Maestre Serge Raynaud de la Ferriere - lo mismo que su enseñanza viviente, se dirige a la autorrealización del hombre, a la iluminación de la conciencia y a la penetración de los Misterios dentro de la conservación organizada de las ciencias sagradas: La Tradición Iniciática"(10).  La obra artística, cultural, científica, educativa y filosófica del Maestro David Ferriz Olivares, está vinculada a esos mismos objetivos.

En este 90 aniversario de su nacimiento, renovamos nuestro compromiso con la enseñanza de este gran Maestro y con la Misión del Saber del cual él es su más emblemático representante.

NOTAS
(1) Nació en la Legación mexicana de la ciudad de Kobe, Japón, cuando su padre cumplía funciones diplomáticas en ese país, permaneciendo allí hasta los seis años de edad. Años más tarde se nacionalizó venezolano sin perder su nacionalidad mexicana ni su vínculo cultural con el Japón.
(2) Raynaud de la Ferriere, Serge. Yug Yoga Yoghismo, p. 558, Editorial Diana, 1ra. edic. 14ava impresión, México 1987
(3) Ferriz Olivares, David. Teoría Científica de la Cosmobiología, p. 67. Edición Lima-Perú. 
(4) Ferriz Olivares, David, El Retiro del Maestre, p. 36, Editorial Diana, México, 2da. impresión, 1986
(5) Ibid., 248
(6) Ferriz Olivares, David. Supremacía de la Jñana Yoga en la Era del Saber, p. 153, Publicaciones Hipótesis y Síntesis de la Fundacción FISS, Bogotá, 1994.
(7) Ibid., p. 153
(8) Cf. Supremacía de la Jñana Yoga en la Era del Saber, p. 149-154
(9) Ferriz Olivares, David. El Retiro del Maestre, p. 39,
10) Raynaud de la Ferriere, Serge. Arte en la Nueva Era, p. 26, Editorial Diana, 1ra. edición. México 1980

lunes, 16 de mayo de 2011

Una Matesis de Psicología

El subtítulo de la obra Yug, Yoga, Yoghismo: Una Matesis de Psicología del Maestre Serge Raynaud de la Ferriere propone la unión de dos grandes áreas del conocimiento humano en el seno de la yoga: la filosofía y la ciencia, porque la Dialéctica (de donde deriva la Matesis) pertenece al campo de la filosofía y la Psicología al campo de la Ciencia.  Por tanto, desde su punto de vista, y sobre todo, desde su experiencia, es posible hacer filosofía científicamente, o bien, hacer ciencia filosóficamente.

Pero al plantear Una Matesis de Psicología, S. Raynaud de la Ferriere, no solo inaugura un área de investigación en el campo de la psicología (la dialéctica psicológica), sino que somete a la propia psicología a un proceso dialéctico abierto y en permanente transformación, ya que la  matesis, como etapa culminante de la dialéctica (tesis, antítesis, síntesis, matesis) implica estados de realización en los cuales el pensamiento del sujeto no está separado de la totalidad de su ser (espíritu, mente y cuerpo), ni la totalidad de su ser de la realidad natural, social y cultural que lo circunda y traspasa,  no hay separación entre continente y contenido, ni entre sujeto y objeto, hay una sola realidad que fluye a través de él y con él (yoga).

En consecuencia, hacer una Matesis de Psicología (yoga)  implica vivir consciente y dialécticamente las distintas fases, estados, niveles y procesos físicos, psicológicos, sociales e históricos del hombre en medio de su entorno. En efecto, este proceso de realización no puede entenderse como una experiencia puramente individual y mucho menos descontextualizada.  Por eso, se habla de unidad en la realidad, entendiéndose por realidad,  el conjunto de factores naturales, sociales, culturales e históricos en los cuales cada individuo o grupo humano se desarrolla y del cual es parte.  En este sentido, no es lo mismo vivir una experiencia de integración (yoga) en el contexto de una sociedad medieval o en el contexto de una sociedad postmoderna, en una ciudad cosmopolita o en un pequeño pueblo alejado de la urbe, en una sociedad abierta o en sociedad conservadora, en una sociedad estructurada y relativamente pacífica o en una sociedad carente de infraestructuras y servicios básicos mínimos y con altos niveles de violencia.  Así como no es lo mismo experimentar un proceso de integración o identificación (yoga) en el arte o en la ciencia, en la filosofía o en la didáctica, etc.

Por tanto, en la yoga, no se puede ignorar todo ese conjunto de factores en permanente cambio y transformación, en los cuales, nada está dado de manera fija, todo es perfectible, todo fluye y aspira, no solamente a su realización sino a su renovación constante.  La aplicación de la yoga al manejo de la dialéctica o la dialéctica a la realización psicológica del sujeto, no pueden entenderse solamente en términos individuales, sino sociales e históricos. Toda experiencia individual está inmersa en una experiencia colectiva y en un continuun dialéctico entre individuo-sociedad, sociedad-naturaleza, naturaleza-universo, universo-causa suprema.

Por otro lado, cuando S. Raynaud de la Ferriere plantea Una Matesis de Psicología, está planteando básicamente un método de realización del hombre en completa unidad consigo mismo y con su entorno, pero no es el único que propone un método de comprensión y realización humana, existen innumerables métodos planteados en el curso de la historia de occidente por distintos pensadores y cuyos alcances no se pueden ignorar (el Discurso del Método de Descartes, el Idealismo Trascendental de Kant, la Fenomenología del Espíritu de Hegel, el Materialismo Dialéctico e Histórico de Marx, la Hermenéutica de Gadamer, la Teoría de Sistemas de Bertalanfy, etc., para citar solamente algunos filósofos y pensadores destacados),  porque se correría el riesgo de caer en un dogmatismo que no solamente obstaculizaría la comprensión de los sistemas de pensamiento filosófico, sino la propia comprensión y realización de la propuesta dialéctica que realiza S. Raynaud de la Ferriere.

Todo sistema filosófico constituye una forma de comprensión y realización del hombre en determinados contextos. Sin embargo, Una Matesis de Psicología, no intenta abstraer al sujeto de su realidad natural, social, cultural e histórica; no exalta de manera exclusiva determinadas capacidades o potencialidades del hombre: (sean éstas físicas, sensibles, volitivas, psíquicas, intelectuales, creativas, espirituales, sociales, culturales o históricas); no disocia teoría y práctica, inmanencia y trascendencia, objetividad y subjetividad, religión y ciencia, oriente y occidente, mundo antiguo y moderno, materia y espíritu, femenino y masculino, etc.;  desea ir más allá de los sistemas filosóficos que intentan canalizar el pensamiento humano (positivismo, existencialismo, racionalismo, pragmatismo, humanismo, idealismo, materialismo, misticismo, orientalismo, etc.) para confluir en una realización del hombre total en medio de un horizonte temporal y espacial sumamente amplio.

No obstante, puede resultar paradójico que en su Matesis de Psicología, S. Raynaud de la Ferriere plantee precisamente un Yoghismo, es decir, un ismo más.  Sin embargo, antes de juzgar este ismo, habría que tomar en cuenta lo que entiende él por yoghismo, es decir, la exclusión de todas las canalizaciones del pensamiento humano a fin de realizar una síntesis vital del saber (matesis).

Por mi propia iniciativa he denominado YOGHISMO a esta doctrina, tal vez para diferenciarla mejor de la Yoga, de la que tanto se habla. Me propongo, pues, exponer mi punto de vista sobre lo que llamo el YOGHISMO, o sea el sistema que por expresar la totalidad, excluye las canalizaciones y concepciones incompletas. (1) 

He llamado a mi estudio: YOGHISMO, y ello puede desagradar a numerosos estudiantes que tal vez prejuzgarán en la misma forma como yo lo hice en otro tiempo: He ahí otro ISMO más! Lo elegí precisamente porque mucho se ha escrito sobre la yoga y no estuve satisfecho de las explicaciones que siempre eran expuestas parcialmente"(2).  El yoghismo es UNO y TODO, una SINTESIS, y no un desempacamiento de bultitos atados con etiquetas rotuladas como: "para personas intelectuales", "para damas de afectos tardíos" o "para señores con curiosidad de novedades"!. El Yoghismo no excluye nada: son las distintas experiencias que llevan al estudiante  a los diversos estados requeridos para la iluminación final:  las diferentes yogas son indispensables, pero no hay razón en separarlas en vez de presentarlas como un programa de evolución".(3)

Queremos significar por yoghismo la fusión completa de las direcciones que pueden tomar las ideas de los hombres en general. [...] he escogido  la palabra yoghismo (a pesar de la impopularidad de un ISMO más) con el fin de situar dentro de una doctrina estudiada lo que de otra manera, dentro de la definición de YOGA no podría nunca ser discutido.  Es decir, que de la experiencia espiritual que constituye la yoga se hace un método de vida definido por la palabra Yoghismo; es el ofrecimiento de una MATESIS al alcance de la humanidad presente.(4)

y casi al final de su libro señala:

Ateísmo, anarquismo, socialismo, comunismo, cristianismo, teosofismo, espiritismo, todas las doctrinas son manifestadas al mundo pero sin poder ninguna resolver los problemas....Ahora se comprende por qué he hablado de yoghismo habiéndolo expuesto con un sentido material y de acuerdo a una fórmula, lo cual es, pues, un análisis en el que la yoga debe ser realizada y no detallada, debe hacerse una síntesis y no la separación...la YOGA debe ser la Unión , la Fusión, la Identificación.(5)

He intentado en este libro hacer revivir mi experiencia personal haciendo seguir poco a poco los diversos análisis sobre los cuales me he inclinado largamente mucho más que en la explicación dada, lo cual es obvio mencionar, pues a través del proceso de recapitulación se comprenderán las etapas por las que he pasado."(6)

En consecuencia, Una Matesis de Psicología, no constituye un libro de resultados, de conclusiones inamobibles, de objetivos acabados y demostrados; de verdades absolutas que hay que predicar como si se tratara de un nuevo dogma o religión, nada más alejado del pensamiento del autor.  Se trata de un método, y podría constituir a lo sumo el testimonio de quien ha vivido o realizado dialécticamente sus experiencias psicológicas (7) hasta alcanzar la unidad de su sí con el Si universal, de su consciencia individual con la Consciencia Universal.

Definitivamente Una Matesis de Psicología no es un vademecum o un manual, se trata de un llamado, de una invitación a asumir nuestra vida dialécticamente, a dejar de ser expectadores pasivos de nuestro presente o devenir individual o social, a poner en permanente revisión y movimiento dialéctico nuestros conceptos y estados psicológicos, observando, investigando, aplicando,  realizando, creando y recreando nuevos conceptos, nuevos estados y  nuevos acontecimientos históricos.  Se trata de un llamado de unión, de religación, de reintegración del hombre consigo mismo, con los demás, con la naturaleza y con Dios (yoga).

Hemos apenas abierto el estudio de esta obra que consideramos fundamental para quienes desean ir más allá del personaje o del dogma institucionalizado que presenta la yoga y el método de realización de su autor como una nueva ideologia, desligándola nada menos que de su naturaleza dialéctica, conforme fue planteado originalmente.

NOTAS.-
(1) Raynaud de la Ferriere. Yug Yoga Yoghismo, p.24-25 Edit. Diana. 1ra. edición. Mexico 1969.
(2) Ibid., p. 35
(3) Ibid., p. 37
(4) Ibid., p. 138
(5) Ibid., p. 495
(6) Ibid., p. 495.
(7) En la página 541 de la misma obra, el Maestre expresa: "yoghismo describe el estado de consciencia y la evolución del autor".

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Oriente-Oriental-Orientación

La palabra orientación es un término que necesita ser explicado y realizado. Viene del verbo orientar, dirigir algo hacia un fin determinado; señalar su ubicación respecto a un punto cardinal, de manera que, estar orientado es reconocer los puntos cardinales: este-oeste, norte sur, a partir de la zona de levante, que es el punto de referencia principal. "Oriente", el lugar de donde emerge el sol, la luz, la enseñanza, el amanecer de un día, de un mundo, de una era, de una gran época. Sin embargo, el sentido más intrínseco de la palabra Orient-ación quizá se encuentre en su direccionalidad hacia el origen, hacia la enseñanza primordial, hacia las bases primordiales de una enseñanza tradicional.

ORIENS, ORIGEN, ORIENTAL

En efecto, si vamos más allá de las connotaciones puramente geográficas, encontramos que oriente tiene una significación de origen, causa, inicio, aparición, surgimiento, fundación. De manera que distinguir el oriente de un ser, de un hecho, de una nación, de una sociedad, es reconocer sus orígenes, sus bases y fundamentos, el lugar donde surgió y del cual partió. Por tanto, desde este punto de vista, orientarse es volver la mirada a los orígenes, a las causas, a los principios, a la primordialidad de la enseñanza, a los arquetipos. Veamos lo que dice en este sentido el Dr. Serge Raynaud de la Ferriere:

"...Oriens, palabra que significaba Sol naciente, siendo comparado con Elohiqedem (el Anciano de los días) que existió desde antes de los tiempos; Oriens es una palabra que significa signo de origen y proviene de la raíz hebrea QDM (por esta razón QaDMon significa oriental); se le puede traducir por la idea de precedente (qadam); tal concepto en árabe se refiere más o menos a la antigüedad de una cosa, como qedem en hebreo, o qidm en árabe (el-insanul qadim: el primer hombre)..." (1)

Entre los antiguos Vedas, se conocía que el Gran Arquitecto del Universo era Vishwakarma, "el Anciano de los Dias", la inteligencia suprema que construye y regula todo con cálculo y medida. A este respecto, el propio Dr. Serge Raynaud de la Ferriere señala:

Vishwakarma es el Espíritu de Construcción Universal, idéntico al G. A. D. U. de la Masonería, y puede obrar también a través de sus representantes terrestres que encarnan este Espíritu bajo las formas tradicionales: los Avatares, que son los grandes Arquitectos de Oriente y Occidente. Vishwakarma es el “Anciano de los días”. Los textos Sánscritos del Rig-Veda mencionan en el capítulo VIII vers. 24 y 18: “Con su radio ha determinado los límites del Cielo y de la Tierra” y se sabe que ciertos grados iniciáticos y ciertos símbolos de la masonería representan un compás con la cabeza formada por un Sol radiante. El Gran Arquitecto (que es también el Gran Geómetra) es como el Apolo Hyperbóreo de la Tradición Griega. Leibniz hacía mención de este simbolismo solar cuando decía: “Mientras que Dios calcula y ejerce su cogitación, el mundo se hace”. Todo ello manifiesta la derivación de la Tradición primordial. (2)

El Dr. de la Ferriere afirma que los Avatares o Mensajeros Universales son los Representantes terrestres y grandes arquitectos de oriente y occidente y que el espíritu de construcción universal obra a través de ellos, ya que encarnan en sí el espíritu del "Anciano de los Dias" y cuya enseñanza está en el origen de la manifestación o renovación espiritual de las grandes épocas de la humanidad, son aquellos que con su "radio" han determinado los "límites del cielo y de la tierra", por lo cual generalmente fueron representados o asociados al Sol, a la fuente de luz, de enseñanza primordial, el mundo va realizándose conforme a los límites y características establecidos por ellos en cada uno de los períodos, como una derivación de la GranTradición Primordial, unida a la más antigua originalidad del hombre.

Es aquí que el término oriental cobra su sentido más intrínseco, ya que toda acción espiritual auténtica está referida al "Anciano de los Dias", a ese oriente o fuente de enseñanza, a ese origen, a ese plan de Dios al que vuelven permanentemente las enseñanzas crísticas. Quizá por ello, el Dr. de la Ferriere señala de manera categórica:

"...ha llegado el momento de orientar definitivamente la dirección Iniciática (una Ley cósmica lo quiere así) ”. (3)

ALTERNANCIA GEOGRAFICA

No obstante, es necesario aclarar algunos aspectos relativos a la polaridad de los tiempos y a la alternancia de los lugares en la preservación de las enseñanzas primordiales. Casi todas las religiones de hoy han provenido de oriente: islamismo, cristianismo, budismo, taosimo, confucianismo, etc. Es particularmente en el Tibet en donde se preservó la enseñanza tradicional durante los ultimos trece mil años. Pero hay que comprender que este oriente geográfico fue solamente una de las zonas de preservación de la Gran Tradición Iniciática durante los últimos milenios, no fue el único lugar de conservación de las ciencias sagradas.

Se sabe que todas las enseñanzas oficiales, religiosas y aún masónicas, argumentan insistentemente que la civilización, con todos sus beneficios humanitarios e iniciáticos, nos viene necesariamente del Oriente; pero éste no es más que un grave error de principio que se basa en apariencias engañosas y en todo caso muy relativas. Es muy cierto que actualmente podemos decir que en los últimos dos mil años el Occidente ha vivido intelectual y espiritualmente fundamentado sobre el Oriente; como ejemplo es suficiente citar la religión cristiana, pues el cristianismo es una mezcla de mazdeísmo, brahamanismo y budismo. En efecto, la religión católica “romana” ha tomado prestado al viejo budismo de la India: la misa, el rosario, los cirios, el incienso, los conventos, los monjes, las adoraciones perpetuas, las capillas, etc.... Del mazdeísmo (Zend-Avesta) ha tomado el infierno, el paraíso, el diablo y los ángeles guardianes. De manera que el cristianismo es una doctrina religiosa enteramente de origen oriental. Sin embargo, el Oriente ha sido tan sólo un depositario momentáneo de enseñanzas de origen Occidental que le fueron confiadas por razas blancas arrojadas de su suelo natal a consecuencia de convulsiones o cataclismos terrestres y que se refugiaron en parte en el Oriente aún en las tinieblas, aún en la noche, aún en el sueño cerebral...(4)

En consecuencia, si bien reconocemos la importancia del Oriente (Asia y particularmente el Tibet "techo del mundo") como fuente de las manifestaciones religiosas o espirituales durante los últimos milenios, debemos comprender que la Gran Tradición Iniciática fue preservada en diferentes lugares del planeta de acuerdo a la época.

En Edades pasadas, el Supremo Santuario, sede de los Centros Iniciáticos, estaba situado en África; después los cimientos esotéricos fueron trasladados a América; no es necesario remontarse hasta la Atlántida y la Lemuria, que tuvieron sus períodos de Dirección del Mundo. El Templo de Menfis, de Tebas, las Pirámides y la Esfinge, son todos vestigios de los diferentes recintos Iniciáticos". (5)

En consecuencia, como ya lo hemos expresado anteriormente, el oriente no solamente debe ser entendido en su significación geográfica, sino sobre todo en su significación de origen, de primordialidad. Sin embargo, la Gran Tradición Iniciática, si bien se adapta a los tiempos y a los lugares, está más alla del concepto de oriente u occidente geográficos, de modo que si nos referimos al oriente, no nos referimos necesariamente a la zona geográfica, sino al oriente en el sentido de origen, la fuente de luz, de enseñanza primordial y de conservación de la Gran Tradición Iniciática a través de todas las edades.

 

ADAN: EL ORIENTE DE NUESTRA VIDA

Pero, el concepto de oriente no solamente puede ser aplicado a las colectividades agrupadas en determinadas zonas geográficas, sino tambien al propio ser humano. La experiencia iniciática implica una orientación del ser hacia el oriente de su vida, al reconocimiento y realización de su origen, de su fuente primordial de luz, de su ADAN eterno, el cual debe tomar su verdadero lugar en la enseñanza iniciática a fin de procurar el descubrimiento del hombre universal, del hombre trascendental, del hombre cabal, del hombre total, del Adam kadmon de su ser. Al respecto el Dr. Raynaud de la Ferriere expresa.

El hombre, aquel Adán eterno, debería sin embargo tomar de nuevo su verdadero lugar en el Universo; sobre todo en el sentido psíquico. Los sistemas han intentado establecer un orden social, pero el problema no es tanto organizacional, como espiritual. Cada hombre es un Adán en el Oriente de su vida, es decir, en su nacimiento, y llega a ser un ISA-ak en su Poniente, a su muerte. Adán es el emblema de Jehsú o de la Luz; Isaac, el ojo de Isa o de la Luna (el Sol de occidente). El verdadero Pueblo Humano está siempre de pie sobre el horizonte, siempre en su mediodía, como el dominador indo IS-wara y como el Gran Sol: IS-ra-el. Iswara es el Ser Universal, a la vez como objetividad y poder de la Belleza.."(6)

Destacamos la frase "El verdadero Pueblo Humano está siempre de pie sobre el horizonte, siempre en su mediodia, como el dominador indo IS-wara y como el Gran Sol: IS-ra-el. Iswara es el Ser Universal, a la vez como objetividad y poder de la Belleza", ya que describe a un pueblo que no es de oriente ni de occidente, sino que sintetiza ambos y realiza a Iswara (Dios), un pueblo universal en el sentido de síntesis de objetividad y subjetividad, físico y metafísico, ciencia y religión, exotérico y esotérico, intelectual y místico, etc.


COLEGIOS DEL NORTE Y COLEGIOS DEL SUR

Hay quienes se definen como miembros de una organización iniciática de carácter occidental y pertenecientes a los Colegios del Norte o Solar y soslayan la enseñanza de los Colegios del Sur . El problema es que al autodenominarse de esa manera, no toman en cuenta que la denominación norte o sur, tiene muy poco que ver con el aspecto geográfico y mucho menos con superioridad o inferioridad. Los Colegios del Norte (AS) se caracterizan por una enseñanza "occidental" positiva, objetiva y científica, los Colegios del Sur (SA) ofrecen una enseñanza típicamente "oriental" subjetiva, esotérica y mística. Pero, habría que determinar cuáles son los grandes períodos que regulan el comportamiento de los hombres y cuáles de estos períodos coinciden con una enseñanza occidental y oriental. Si observamos los grandes períodos de la humanidad en relación al movimiento de precesión equinoccial, podemos afirmar que los últimos trece mil años se caracterizaron por una enseñanza predominantemente subjetiva, mística, esotérica y de preservación de los misterios. Los colegios Iniciáticos del Norte o de enseñanza occidental florecieron antes de ese período y de los cuales apenas quedan algunos rastros.

Hoy, nos encontramos al inicio de un gran período positivo de la humanidad, se inicia una gran etapa de trece mil años, en el cual prevalecerá la enseñanza occidental de los Colegios del Norte , el cual se manifestará a su vez con intervalos de polaridad positiva y negativa cada dos mil años. Todo es ondulatorio y recursivo en el cosmos y en la vida.

Como decía el Dr. de la Ferriere, estamos en los albores de una nueva edad y asistimos a la completa transformación del mundo, el cual se revestirá de un vestido de corte y color hasta ahora desconocidos. La enseñanza que iluminara la búsqueda espiritual en esta gran etapa ha sido dada y constituirá la base fundamental que orientará los destinos del hombre en esta nueva edad. Las características positivas de la enseñanza típicamente occidental de este gran período tomara su forma al cabo de algunos siglos, pero es evidente que estamos asistiendo a una transformación general de paradigmas y valores en todos los órdenes.


SINTESIS DE ORIENTE Y OCCIDENTE


Sin embargo, nos encontramos al inicio de un periodo de dos mil años, en el que ni la enseñanza occidental ni la iniciación oriental consideradas por sí solas prevalecerán.  Se trata de una época de conjunción, de unidad, de síntesis y de encuentro cultural. Y es en esta etapa que cobra importancia capital aquella afirmacion del Dr. de la Ferriere: "El verdadero Pueblo Humano está siempre de pie sobre el horizonte, siempre en su mediodia...", es decir, ni saliente ni poniente, ni oriente ni occidente, el "sol" en el "cenit", iluminando a  ese pueblo. Quizá por ello el propio Dr. de la ferriere señala que en la cima vertical de la cruz, el sol encuentra su jerusalem celeste, pero no se trata solamente del símbolo de la cruz emblema del acuarius que tiene al saber en el punto más elevado, tampoco se trata de una connotación puramente geográfica para privilegiar un lugar determinado, sino sobre todo, de la realización de aquella cruz de dimensiones universales, que tiene al aguador o dispensador (sol radiante) en la cima (en el origen), al Oriens, al anciano de los dias, a aquel de donde proviene la luz, la enseñanza universal para un pueblo de dimensiones universales, en el que ciencia y religión están unidos al servicio del más grande ideal: la realización del hombre universal, la unión de objetividad y subjetividad, de ley y amor, de verticalidad y horizontalidad de la enseñanza, es decir, la realización plena del hombre.


EL RETORNO DEL EXILIO ORIENTAL

Quizá haya que decir algo más acerca del Oriente.  Henry Corbin, el famoso filósofo islamista francés del siglo XX, aborda el tema de la orientación dentro de la mística árabe y particularmente en la mística persa, y afirma que el Oriente en la mística árabe no se refiere al oriente geográfico sino a un norte o polo místico, sugiere la idea de que el hombre moderno se ha "extraviado en occidente" con sus características de materialidad,  inconsciencia y racionalismo desmesurado, y plantea la necesidad de un retorno a  ese Oriente, supraconciencial, suprasensible y transhistórico, un retorno del hombre de su exilio occidental, un ascenso o una marcha teofánica hacia ese oriente-origen y polo celeste, el punto de orientación de la ascención espiritual, la tierra celestial, no en el sentido cristiano sino en el sentido místico.   El Dr. de la Ferriere, difiere de ese punto de vista, ya que plantea más bien un enfoque histórico, sin perjuicio del simbolismo y la mística universal.   Para el Maestre de la Ferriere se trataría más bien de un retorno del exilio oriental  en el cual quedó envuelta toda la  espiritualidad del hombre durante los últimos milenios, pero no para "occidentalizarla"  en el sentido moderno que el término implica, sino para equilibrar los referentes objetivos y subjetivos, racionales e intuitivos en la búsqueda del hombre universal.  En consecuencia, concluimos este artículo presentando algunas ideas del Mastre S. Raynaud de la Ferriere en los cuales se podrá observar en cierto modo ese retorno del exilio oriental al que hemos hechos alusión, el cual fue sucediendo en un período más o menos prolongado.
El Eterno creando al Hombre a su Imagen se encuentra en todas las culturas y en todos los pueblos. Todos los “dioses” del mundo hablan y obran de la misma manera que el Eterno del Génesis. Divinidades Celtas, Escandinavas, Egipcias, Pre-colombinas, etc., forman la tierra y crean un hombre, siguiendo los mismos principios que para el Adán bíblico. Todas las Mitologías hablan de un soplo divino que anima a un hombre; todas las tradiciones, así como los más antiguos cultos de la Humanidad, son exactamente la correspondencia del Génesis, porque todas estas literaturas tienen una misma y única base de enseñanza. El Eterno (O’g’Hel: los Hijos de HEL, la Raza Blanca de Occidente) creando al hombre (haciendo una Raza con sus modalidades y de la cual observamos lo mismo que estas culturas humanas, que fueron emprendidas en la Antigüedad y en particular, por el Occidente que iluminó así al Oriente). La mujer está tomada del costado del Hedén (y no de la costilla de Adam como ciertas tradiciones fantásticas lo han transmitido) (7). Este costado del Edén es la ribera del Hedén, que habría visto el Regreso del Hombre. . . de caza hacia Oriente. . . del Edén. . .(8) El Edén fue naturalmente el nombre de la tierra que habitó. . . el Eterno del Génesis (la Raza Blanca de entonces) y hacia. . . el Oriente indica desde luego la evolución de una civilización, la emigración por consiguiente de los Centros Iniciáticos del Occidente hacia el Oriente. Desde esos tiempos, el Oriente ha conservado estas Grandes Enseñanzas (y de esto proviene la idea de que la India es la cuna de la civilización, aunque es en realidad Una cuna, uno de los centros, una “arca”, un “pesebre”, un lugar de reserva de las enseñanzas, uno de los sitios que han participado en la conservación de la Sabiduría Antigua). Fue en Oriente donde, por última vez, fue transportada la Joya Iniciática. . . (9)
Largo tiempo después de haber despertado a los pueblos orientales y de haberles confiado toda la Tradición Iniciática, los descendientes de las viejas inmigraciones blancas se reconstituyeron en grupos étnicos en las regiones llamadas iranianas para volver a las tierras ancestrales, vírgenes de espíritu e ignorantes, después de haber reposado espiritualmente en un benéfico olvido. Así, antes de dormirse el Occidente y en vísperas de desaparecer como civilización, transmitió su Sabiduría al Oriente. Esto lleva naturalmente también al reconocimiento del Norte (o Colegios del Norte) como la fuente de la enseñanza iniciática positiva, objetiva, científica y occidental, mientras que el Sur debe de ser considerado como pasivo, místico, contemplativo y oriental. Este es un principio que después de largo tiempo habrá de ser admitido por los masones. Pero debemos hacer desde ahora esta anotación a fin de prevenir a los que ignoran esta Verdad Iniciática.(10)

Pongamos como ejemplo la palabra OG’HEL-AN o G’HEL-AN. La referencia al nombre de AN-G’HEL de una porción de los G’HEL-AN emigrada hacia el Oriente, indica que esta porción abandonó el hogar paterno por causas provocadas por cataclismos o por espíritu de conquista, pero no como consecuencia de una discrepancia social o de una guerra intestina. Aquí el nombre ancestral o patronímico no fue transformado en la composición de sus sílabas, sino que solamente fue invertido el orden de las sílabas del nombre. Los ANG’HEL, emigrando hacia el Oriente, quedaron fieles a las tradiciones occidentales del culto de HEL, fieles pues a los recuerdos ancestrales. Son ellos los que volvieron a Occidente bajo el nombre de Angle, (ingleses) con los centros ALAM-AN-DA (alemanes), GO-RA-MA-NA (germanos), FRAN-G’HEL (francos), BUR-G’HEL-AN-DA (burgaleses) etc... Son ellos quienes enrumbaron a los historiadores de la raza “gaelle” cuando la hicieron nacer en el Oriente (teoría de Ananké). (11)

NOTAS

(1) Raynaud de la Ferriere, Serge. Grandes Mensajes, p. 544, Editorial Diana, México.
(2) Raynaud de la Ferriere, Serge. Propósitos Psicológicos Vol. I, p. 94
(3)
Raynaud de la Ferriere, Serge, Grandes Mensajes, p. 249, Editorial Diana, México.
(4) Raynaud de la Ferriere, Serge, Libro Negro de la Francmasonería, p. 14-15. Diana, México. (respecto a la mención de "razas blancas", habría que tener el cuidado de no confundir con las características anatómicas de determinados grupos humanos, como color de piel, etc., ya que el Dr. de la Ferriere parece utilizar este término en un sentido incluso más amplio que el concepto de etnia. Es posible que la idea más aproximada sea el de civilización.
(5)
Raynaud de la Ferriere, Serge, Grandes Mensajes, p. 575, Editorial Diana, México.
(6) Raynaud de la Ferriere, Serge, Propósitos Psicológicos Vol. I, p. 238
(7) Bien entendidos, los términos HOMBRE Y MUJER no son el ser dominado a causa del SEXO. Es en su valor esotérico en el que los empleamos y, por consiguiente, admitimos también que no se trata de UNA PERSONA... En este sentido igualmente ADAM (AD-AN) y EVA no se considerarán como una pareja sino que se deben mirar como algunos elementos de la Raza de los AD, ya amalgamados con los AN, de las orillas del Mar, en cuyas costas han formado la colectividad EVA. (An-da por su emigración hacia el Oriente, ha sufrido la inversión: In-da, India). Recordemos también que el nombre de estos “primeros humanos” es la manifestación del mismo Dios: I-E-V-E es Adam (simbolizado en Iod) y Eva. Yod-He-Vaw-He o leve. (Grandes Mensajes p. 364).
(8) Las regiones mitológicas de las cuales se hace mención y donde las divinidades han habitado, tiene siempre nombres similares al Edén del Génesis; como por ejemplo: Eliseo, Olimpo, Aztlán, Adhés, Ge, etc.(Grandes Mensajes p. 364)
(9) Raynaud de la Ferriere, Serge, Grandes Mensajes, p.364-365, Editorial Diana, México.
(10) Raynaud de la Ferriere, Serge, Libro Negro de la Francmasonería, p. 15. Diana, México.
(11) Ibid., p. 22-23.

lunes, 23 de agosto de 2010

La Ermita de San Antonio de la Florida


Aprovechamos nuestra permanencia en Madrid para visitar la Ermita de San Antonio de la Florida, cerca del rio Manzanares y el Parque del Oeste.

Se trata de un sobrio y elegante edificio neoclásico, construido en el siglo XVIII (1792-1798) por orden de Carlos IV según el diseño del Arquitecto Italiano Felipe Fontana.

El interior del edificio contiene probablemente una de las obras más importantes del famoso pintor español Francisco de Goya.

Decidimos realizar esa visita, impregnados de la obra escrita del Maestre Serge Raynaud de la Ferriere, quien en su libro "El Arte en la Nueva Era" señala que durante su visita a esta Ermita había quedado muy impresionado.

Antes de relatar la experiencia del Maestre y plantear a su vez la impresión que tuvimos al ingresar en ese pequeño santuario de Madrid, permítasenos señalar que en la Vía del Saber existen formas de identificación que nos llevan a vivir experiencias de seguimiento y contemplación activa de las "huellas" del Maestre, caminar por los lugares que caminó, ver los que sus ojos vieron, oir lo que sus oídos escucharon y sentir lo que sus sentidos sintieron, los cuales no dejan de ser una yoga, una identificación con el Maestre, con lo más intrínseco de su Ser, pero también con su punto de vista frente a determinadas realidades, con el acatamiento de su voluntad y sus disposiciones escritas, con la comprensión de su propósitos, sus anhelos, sus investigaciones, sus planteamientos, sus gestiones, con todo el conjunto de su obra y su pensamiento. (1)

Un ejemplo típico de ese proceso de identificación con el Maestre lo tenemos precisamente en su discípulo del Saber, el Maestro David Ferriz Olivares, quien en uno de sus viajes por las Rutas del Maestre en Europa, realizados durante los años 1979 y 1981, visitaba las estribaciones del Cervino Matterhorn en los Alpes suizos, tratando de reconocer los lugares desde los cuales el Maestre podría haber contemplado y pintado aquella inhiesta montaña.

"Bajamos para ir en busca del lugar desde donde el Maestre probablemente se hubiera situado para pintar su cuadro. Un principio que nos ha guiado en nuestros recorridos por las Rutas del Maestre: la ubicación e identificación con su hecceidad (del latin ecce, he aquí, la individualidad, el rasgo de su propio ambiente, el entorno que se vivencia, su misión encontrada, como en el ecce homo, he aquí el hombre)[...] Ascendimos en dirección de donde el Maestre pudo haber pintado el cuadro y en esa identificación con el cuadro, con el Maestre en su captación de pintor y con el paisaje real, tuvimos una de las experiencias espirituales y estéticas de mayor pureza e identificación con él, con la montaña, con sus caminos, con el vestigio ambiental de su presencia, de su entorno, en una vivencia que nos condujo a la Parabhakti, ante la más egregia de las montañas que apuntan al cielo desde los Alpes.(2)


No es necesario mencionar más, las palabras del Maestro son muy elocuentes al respecto. En realidad, los campos u horizontes de identificación son vastos, los caminos están abiertos y hay que recorrerlos ontológica y existencialmente a través de la ciencia, la filosofía y la didáctica, pero también a través del Arte.

No obstante, es necesario observar cuidadosamente cuándo el Maestre plantea elementos propios de la Tradición Iniciática, cuándo realiza rectificaciones y reajustamientos de acuerdo a las características de la nueva era, cuándo recoge planteamientos de otros autores antiguos o contemporáneos para apuntalar o fundamentar lo que desea presentar, cuándo plantea sus puntos de vista sin comprometer su propia concepción, cuándo destaca determinadas obras y aportes fundamentales para la Reeducación de la Humanidad, cuándo señala algunas características importantes en un autor, en una obra, en un hecho, en una experiencia, etc.

Pero, por otro lado, también hay que observar con atención las experiencias que vivió y que obedecieron a su voluntad, a sus investigaciones, sus estudios, sus viajes, sus visitas y sus inumerables experiencias a través de los cinco continentes, las mismas que fueron delineando su Gran Misión, abriendo rutas para una nueva era que comenzaba. Algunas de esas experiencias consideraba necesario trasmitirlas a través de sus obras escritas y cartas desde Francia, mencionándolas generalmente de manera breve, desplegando algunos análisis y reflexiones, y a veces tan solo con algunas exclamaciones frente a determinados hechos, o simbolizándolas en sus obras pictóricas, dejando verdaderos motivos de reflexión y meditación para sus discípulos.

Tomando en cuenta lo anterior, digamos que fue aproximadamente en agosto de 1956 (3) que el Maestre visitó la Ermita de San Antonio de la Florida en Madrid. Recordemos que él era pintor y seguramente estaba debidamente informado acerca de la existencia de ese pequeño pero magnífico santuario del arte, que guarda tanto los restos mortales de Francisco de Goya, como los frescos más importantes de su carrera artística. Veamos cuál fue la reflexión que ésta magnífica obra produjo en el Maestre.
"No se puede verdaderamente dejar a España sin haber visto "La Ermita" cuyo plafón es una maravilla, y Goya mismo, entre los personajes de ese grupo, se pintó borroso, un poco de espaldas en el centro de un conjunto espléndidamente equilibrado. Nunca me había sentido tan impresionado, ni en mi visita al Palacio Real de Copenhague, como lo estuve en ese pequeño santuario a la salida de Madrid. Toda la riqueza de las piezas magnificamente decoradas y las pinturas enormes de los salones reales de Dinamarca no me han causado tanta satisfacción, como haber hecho este alto en esa pequeña iglesia convertida y transformada en un museo a la gloria de Goya en la carretera a Toledo." (4)

¿Qué es lo que más llamó la atención del Maestre?, ¿qué pudo haber percibido o sentido? fueron las preguntas que nos hicimos por nuestra parte al visitar esta Ermita. La parte externa de la ermita es apenas una pequeña iglesia, nada portentosa, pero al penetrar en su interior aparece de golpe en la bóveda un espectáculo maravilloso. Nos quedamos contemplando durante un tiempo los distintos elementos de los frescos, integrándonos estéticamente a esa atmósfera desplegada por el conjunto.

Si bien el motivo de los frescos son de carácter religioso, una observación cuidadosa nos permite afirmar que la obra sale del marco puramente religioso y se despliega hacia una atmósfera de espiritualidad. Ninguna pieza debe verse separada del conjunto, la cúpula, el ábside, la parte superior de las paredes laterales y los espacios interiores de los arcos, en fin, toda la bóveda del templo es un maravilloso espectáculo que gira en torno al milagro de resurrección provocada por San Antonio de Padua.

En la escena de la cúpula, si bien destacan algunas figuras como el propio santo y otros personajes apoyados sobre la barandilla o cerca de ella, no son sin embargo los elementos que la obra quisiera destacar, sino y sobre todo, la gloria de la resurrección en sí misma, ante un cielo despejado y luminoso, acto al cual concurren claramente dos formas de ver, sentir y actuar: la del vulgo que parece reaccionar de manera dispersa, entre sorpresa, ausencia, incomprensión, estupefacción, miedo o distraimiento; y la de los ángeles y querubines que parecen tener algún grado de consciencia del acto, resguardando las puertas y ventanas, o descorriendo tímida y trabajosamente los velos del templo. En el ábside, un grupo de ángeles adorando el símbolo de la sagrada trinidad refuerza el sentido sagrado del conjunto.

Esta "Sixtina de Madrid" como a veces se le denomina, es quizá de una de las obras cumbres de Goya, el mismo Goya que había evolucionado a través de las distintas etapas de su propia pintura; que dominaba diferentes estilos y técnicas pictóricas de su tiempo; que pintaba retratos de reyes y principes penetrando en el carácter psicológico de los personajes más que en sus figuras; el mismo que había superado las críticas y reconocimientos colocándose más allá del qué dirán, el mismo que había quedado sordo después de una enfermedad. Sí, era el mismo Goya que presentaba esta obra prodigiosa que evoca vida, luz y color a través de sus rápidos y vitalizantes brochazos, propiciando una contemplación casi mística en quienes la observan con atención y respeto.

Hay dos versiones acerca de la presencia de Goya en el mismo cuadro, según algunos comentaristas de arte, Goya no se pintó dentro del mismo cuadro, se dice que el personaje que aparece de espaldas y medio borroso, muy cerca de las mujeres que conversan apoyadas en la barandilla, sería el asesino del hombre resucitado que pareciera huir del espectáculo. En cambio, el Maestre Serge Raynaud de la Ferriere señala que se trata del mismo Goya; en fin, presente o ausente entre los personajes de la obra, ¿no es acaso el mismo Goya el que produce en nosotros ésta ilusión de la muerte y la resurrección a través de su obra?.

NOTAS.-

(1) Para un verdadero discípulo, el pensamiento y voluntad del maestro trasciende el sentido puramente histórico, de manera que el proceso de identificación no es solamente una memoración o un recuerdo, sino una presencia y acción permanente del maestro en el discípulo, más allá del tiempo o la contemporaneidad de sus existencias.

(2) Ferriz Olivares David. El Retiro del Maestre, Editorial Diana, México 1985, pág. 255

(3) Esta fecha es aproximada, si bien el Maestre estuvo en España en Agosto de 1956, podría haber realizado más de un viaje a este país antes o después de esta fecha. Por otro lado, el manuscrito de su obra "El Arte en la Nueva Era" fue preparado durante los primeros años de la década del 50, sin embargo, el Maestre podría haber efectuado algunas inclusiones o modificaciones antes de entregarla a sus discipulos para su publicación.

(4) Raynaud de la Ferriere Serge. El Arte en la Nueva Era, Editorial Diana, México 1980. pág.282