sábado, 28 de julio de 2007

Peregrinos de la Kaaba

¿Cual es el sentido de toda búsqueda de perfeccionamiento?, ¿hacia dónde se dirigen nuestros afanes de realización científica, artística, filosófica, religiosa o mística?,¿Qué es lo que busca el hombre al perfeccionar sus conocimientos, sus métodos y su propio ser?.

Una de las experiencias por demás interesante es aquella que realiza el místico musulmán alrededor de la Kaaba (1). Según dice la tradición, un verdadero musulmán debe, al menos una vez en su vida, haber viajado a la Meca y girado 7 veces alrededor de aquella piedra negra que se encuentra engarzada desde los tiempos de Abraham.

Sin embargo, esta experiencia no deja de ser un símbolo de algo más profundo y trascendente; ese peregrinaje, esa circunvalación, simboliza la constante búsqueda de nuestra esencia espiritual, el anhelo de reencuentro con Dios en lo más profundo de nosotros mismos, la aspiración mística por excelencia, la búsqueda de esa unión simpatética (2) entre Dios y su servidor, unidad del ser en el Ser.

Para comprender ello, tomemos una de las citas más reveladoras de la Obra del Dr. Serge Raynaud de la Ferriere respecto a la Kaaba, la cual nos permite ahondar el significado profundo del peregrinaje y las circunvalaciones alrededor de ella.

“La Piedra Negra (encastrada en el Templo material de la Ka’aba, en la Mekka) es la designación del “Polo místico” y de cada manifestación del Polo. El intérprete del impenetrable, el hermeneuta del Templo, es pues el Polo (Qotb) es decir aun el Espíritu-Santo (Rûh al Qods), el espíritu mohamádico (Rûh mohammadi), identificado también a veces al Angel Gabriel, lo que desvela así el secreto de las revelaciones proféticas, puesto que si el místico visualiza una persona proyectando en ella los altos conocimientos que él no había podido alcanzar, es de su propia hecceidad eterna, su Polo celeste, su “Angel” que él tiene así la visión.

El Templo convirtiéndose viviente y transparente, entrega el secreto que él encerraba, esa "forma de Dios" que es el SI o más bien el Alter Ego divino del místico. Y el desenvolvimiento es este: el período de circunvalación alrededor del Templo toma fin, juntos los dos "compañeros" penetran en el Templo.

¿Cómo traducir aquello que pueden decirse uno al otro, dos seres que son uno el otro: El "Angel" que es el "mi" divino y su otro "mi" MISIONADO sobre tierra, cuando ellos se unen en el mundo de la "Presencia Imaginativa"?.

La narración que hace el visionario a su confidente y sobre su orden, es la narración de su "Busqueda"...Esa "Busqueda" es aquello que representan las circunvalaciones alrededor del Templo del "corazón", es decir alrededor del misterio de la Esencia divina.

Pero el visionario no es más el yo solitario, librado a su única dimensión terrestre frente a la divinidad inaccesible, puesto que encontrando el ser en quien esta ES su compañero, él se conoce a sí mismo como siendo el secreto de esa divinidad y puesto que es su "pareja" sus todos - los dos - juntos, quien cumple el procesional circular: SIETE veces los SIETE Atributos divinos de perfección del cual está investido sucesivamente el místico.

El ritual se convierte entonces como el paroxismo de esa "Plegaria de Dios" que es la teofanía misma, es decir, la revelación del Ser Divino a un ser bajo la Forma en la cual él se revela a sí mismo en ese ser y eo ipso en el cual él revela ese ser a sí mismo.

Uno no encuentra, uno no vé la Esencia divina, es que ella misma es el Templo, el misterio del corazón donde penetra el místico cuando habiendo realizado la plenitud microcósmica del Hombre Perfecto, el encuentra la "Forma de Dios", que es aquella de "su Angel", es decir la teofanía constitutiva de su ser.

Uno no vé la luz, ella es aquello que hace ver y aquello que se hace ver por la Forma en la cual ella transparece.

El "Templo" es el lugar de la teofanía, el "corazón" donde se constituye el diálogo del Amante y del Amado y es por ello que ese diálogo es la Plegaria de Dios.

(Propósitos Psicológicos Tomo XXX, pág. 4-5)


Afirmaciones profundamente reveladoras; ¿cómo queda la teología frente a esto?. Si se retira (desvela) el secreto de las revelaciones proféticas como se acaba de hacer, ¿cómo debemos pensar y obrar respecto a nuestra experiencia mística en adelante?

Queda claro que no es el desplazamiento material la única ni la más importante experiencia a realizar, sino el desplazamiento espiritual, esa búsqueda y aspiración permanente hacia nuestro polo místico, hacia nuestra naturaleza recóndita y elevada, a la que teológicamente se le ha denominado a veces, tanto en el mundo islámico como cristiano, el “Angel Gabriel”, aquel de la anunciación y de la revelación profética.

Es interesante la alusión que hace el Dr. Serge R. de la Ferriere cuando dice: el “Interprete del impenetrable” y el “Hermeneuta del templo”, ¿Se refiere acaso a la razón en contemplación?, o ¿es la conciencia del místico la que guía en esa búsqueda misteriosa de Dios?.

Evidentemente, se trata de una experiencia que implica la participación de nuestras facultades superiores, las cuales se encuentran más allá de nuestro razonamiento lógico-causal, en las cumbres de nuestro propio ser, entre los límites de lo humano y suprahumano, y donde la intuición penetra hasta permitirnos percibir nuestra individualidad eterna.

Una experiencia auténticamente mística y reveladora de nuestra dimensión divina y nuestra dimensión terrestre.

Esas siete circunvalaciones que corresponden a los “siete atributos de perfección del cual está investido sucesivamente el místico” son también equivalentes al desarrollo de los siete chakras principales en la Yoga.

1 comentario:

  1. Estimado amigo, he leído su interesante trabajo, observo que usted es un
    estudioso de la obra de S. R. de la Ferriere, me permito invitarle a
    visitar nuestro site que está dedicado a la investigación de los textos
    de este importante pensador:
    http//www.sergeraynauddelaferriere-investigaciones.net. , y nos gustaría que nos incluya en sus enlaces. Atte. Ruth Ruiz
    Flores

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